Se conoce de los primeros pobladores de Sitges, que eran grupos nómadas que vivían de la caza y la pesca. La mandíbula de neandertal procedente de la Cova del Gegant que fue hallada en los años 50, tiene una antigüedad de unos 53.200 años (uno de los restos humanos más antiguos de Cataluña).

 

 

Los restos arqueológicos en la zona de la Parroquia y el Ayuntamiento, ponen de manifiesto que la zona estuvo ocupada constantemente entre el s. VI AC al s. I DC.
En la zona del Vinyet, las excavaciones demuestran que hubo una villa romana entre los S. I y III DC.

El significado del nombre de Sitges es de «hoyo profundo» (“sitja” en catalán), depósito para guardar el grano, lo que hace pensar que era una zona dónde abundaban estas cisternas subterráneas para los cereales.
En el lugar dónde hoy está el Ayuntamiento, en el s. XI hubo el castillo de Sitges . A lo largo del s XI, el territorio del Penedés y Garraf se llenó de pequeños castillos y se crearon pequeños núcleos urbanos alrededor como Olivella, Cubelles, la Geltrú y Ribes. Del castillo de Ribes dependía Sitges i la cuadra de Miralpeix, Campdàsens i les Botigues de Sitges y la cuadra de Garraf pertenecían al castillo de Eramprunyà, por lo que el actual término municipal no tenía un único señor.

 

 

El señor de Ribes cedió el dominio del castillo de Sitges en el s. XIV a una familia que en el s. XII adoptó el nombre del territorio cedido. Fue Agnés de Sitges la que en 1308 vendió sus derechos de castellanía a Bernat de Fonollar, que fue su señor hasta 1326. Bernat de Fonollar era el hombre de confianza del rey Jaime II el Justo y se convirtió en el hombre más importante de la historia medieval sitgetana.
Bernat de Fonollar fundó el hospital de Sant Joan Baptista (1324).

Murió sin descendencia  (su tumba se encuentra en el altar de les Ànimes de la iglesia Parroquial) y se instituyó a la Pía Almoina de la Seu de Barcelona como heredera universal, que después de pleitos con otros señores que pretendían los derechos sobre territorios de Bernat de Fonollar, se alzó como dueña del castillo y del término municipal de Sitges, aunque durante 300 años, la Pía Almoina tuvo que luchar también contra los pleitos que le interponía la “universitat sitgetana” (así se conocía el ayuntamiento de Sitges ya unificado con Garraf, Miralpeix i Campdàsens), que quería conseguir depender directamente de la Corona.

Sitges vivió tiempos revueltos durante los siglos XVII y XVIII, ya que a causa de las diferentes guerras de la época sufrió consecuencias varias: a principios de la guerra entre Francia y España  (1640-1659), 600 soldados napolitanos del ejército de Felipe IV de España, entraron en Sitges y robaron todo lo que pudieron. Posteriormente, en 1649, durante 2 días la villa de Sitges sufrió el asedio, bombardeo por mar y tierra y saqueo de las tropas castellanas de Juan de Garay (virrey de Cataluña). Este ataque causó grandes destrozos en la villa, así como el derrumbe de parte de la muralla, dos torres y parte del castillo que no sería reconstruido hasta el 1681.

 

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