La guerra de Sucesión (1700-1714) también afectó a la población de Sitges, ya que continuamente tenían que sufrir a los soldados de ambos bandos que les robaban, exigían alimentos, cobijo…
También fue una época de piratas y bandoleros (asaltaban a los viajeros en las costas del Garraf),… pero Sitges supo sobreponerse a todo ello y seguir creciendo. Una anécdota de estos ataques piratas fue que se tuvieron que fortificar masías y torres de vigilancia (ver ejemplos de masías fortificadas en rutas por el Garraf) y se construyó una fragata para defenderse de los piratas y como se guardaba debajo de la Punta (Iglesia Parroquial), este lugar aún se conoce hoy en día como “La Fragata”.

El cañón que se encuentra en el Baluard, recuerda como con los seis cañones que habían en este lugar, lograron impedir que en 1797 unas fragatas inglesas capturaran un barco fondeado enfrente de La Punta.
El Decreto de Libre Comercio con América de 1778 facilitó que muchos sitgetanos pudieran viajar al nuevo continente y realizar negocios de importación y exportación, surgen los primeros  “americanos”.
La iglesia Parroquial de Sant Bartomeu i Santa Tecla (conocida como La Punta), se reconstruyó substituyendo la anterior destruida durante los bombardeos de 1649. La nueva iglesia se bendijo en 1672 y fue  terminada el 1688, aunque la coronación de su campanario con la virgen no se produjo hasta un siglo después.

El actual Santuario del Vinyet sufrió las reformas más importantes entre 1727 y 1733, pero existen documentos de la ermita que fechan del s. XII y que ya tenía la misma ubicación, justo en el lugar dónde la tradición dice que se encontró la imagen de la Virgen del Vinyet (bajo una vid, de ahí el nombre de “Vinyet” típico sitgetano).

Dos familias adineradas de Sitges gracias a sus negocios con el comercio marítimo y a que reinvertían sus ganancias en terrenos, la familia Llopis y la familia Falç, facilitaron el crecimiento urbanístico de Sitges con la construcción de un eixample que significaba la apertura de las calles Sant Josep, Sant Bonaventura y Sant Gaudenci (en la calle Sant Josep se encuentra el Museu Romàntic o Casa Llopis).
En el siglo XIX, continuaron las guerras (la del Francés  1808-1814, las tres guerras carlinas que finalizarían el 1876…), pero a pesar de ello, Sitges se esforzaba por mejorar y renovarse: se tiró la antigua ermita de Sant Sebastià y se construyó una nueva terminada en 1861, se realizaron mejoras en la Iglesia Parroquial, como el pórtico, ampliaciones, el campanario con el reloj proveniente de la “Torre de las Hores” destruida en la revolución de 1868…

 

 

Se estrecharon los lazos con América gracias a los negocios, relaciones sociales y culturales, especialmente con Cuba y Puerto Rico. Los “americanos” era como se llamaban a los sitgetanos que volvían a Sitges después de hacer fortuna en ultramar y por todo el pueblo se pueden encontrar ejemplos de las preciosas villas que se construían estos “americanos” para demostrar que habían hecho fortuna, también invertían parte de sus ganancias en banca, industrias, viñedos, sociedades recreativas, vías ferroviarias… Hoy en día, en la Festa Major de Sitges, hay dos “gegants” que cariñosamente los llaman “los cubanitos” que representan a estos americanos que jugaron un papel muy importante en el progreso de Sitges: Facundo Bacardí fundó en Santiago de Cuba la empresa que lleva su nombre y conocida mundialmente (recientemente se creó en el antiguo edificio del Mercat Vell, la “Casa Bacardí” que es un centro de visitas permanente), la “Unión Suburense” fue la primera industria que se creo en Sitges en 1847, la industria de “els boters” (barriles) era un negocio muy próspero, en 1870 nacía la Societat Recreativa El Retiro, la entidad de recreo más antigua de Sitges (su sede continúa estando en la misma calle dónde se creó)…

A finales del s. XIX es un momento de crecimiento para Sitges en ámbitos económicos, culturales, comunicación: se construye el Mercat Vell, l’Ajuntament, el Nou Escorxador (desaparecido), plantación de palmeras en el Passeig de la Ribera, la construcción del Celler Güell por Antoni Gaudí en el Garraf, creación de industrias como la del calzado que durante muchos años fue el motor económico de la población, apertura de la carretera de las costas del Garraf, construcción de una vía férrea entre Barcelona y Vilanova i la Geltrú, una estación de telégrafos, una fábrica de gas que mejoró el sistema de iluminación pública, llegada de agua potable desde Santa Oliva, nace El Casino Prado Suburense en 1877 y en el mismo año, el primer periódico de Sitges – Revista Suburense- y una década después, en el 1886, El Eco de Sitges (continúa hoy en día), La Voz de Sitges… también se celebran certámenes literarios, se estrenan en 1897 “els gegants” de Sitges, que son de los más antiguos de Cataluña, hay la presencia de los miembros de la Escuela Iuminista (1880) y el artista con mayúsculas de la época, Santiago Rusiñol, artista en todas las facetas posibles, deja una huella imborrable en Sitges con el Cau Ferrat (casa taller del artista y actualmente museo) y las Festes Modernistes (1892-1899).

 

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